Descifrando el “todo”, en medio de la “nada”

Nos conocimos en medio de la nada, pensando que lo teníamos todo. Por extraño que parezca así empiezan las mejores historias, basadas en una mentira que poco a poco te va llevando a la realidad

La realidad es eso que no entiendes cuando pasa, que te golpea cientos de veces. Eso que te escupe en la cara y te hace bajar de la nubecita en la que estuviste por un largo tiempo. La realidad es a veces incomprensible, por lo dolorosa que puede llegar a ser. En la realidad es cuando te das cuenta que no existen los principles azules, pero si las brujas malvadas. En ella entiendes que si se te cae un zapato en mitad de la noche tendrás que correr descalza y aferrarte a eso, ese o esa, que en ocasiones te da fuerza para seguir sin importar lo peligroso que puede estar el piso.

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“...Un sentimiento que muchos vociferan y pocos viven...”

En ese momento que empiezas a descubrir la realidad te das cuenta que el amor que vemos en redes sociales, películas y libros es solo el dulce que le dan a los niños para que se olviden del puyazo que le han puesto.

Esa realidad fue la que me hizo despertar de un sueño bonito, en el que todo era color de rosa, ahora... ahora veo matices, y me gustan. Ahora entiendo que no siempre en el amor se va agarrada de la mano y gritando a cuatro vientos cuanto amas al ser querido. En realidad son más las veces que sientes ganas de renunciar, pero ahí es donde te das cuenta que hay una persona que siempre llega para enseñarte el verdadero significado del amor, y por esa persona te afianzas de un flotador que te lleva por aguas que van contra la corriente. Esa persona te enseña ese sentimiento que muchos vociferan y pocos viven. A veces es difícil saber quien es, pero solo debes recordar si ya estuvo, pensar si está, o descifrar quien

Esa nada en la que nos conocimos se fue llenando, de situaciones buenas y unas no tanto. De “No” que muchas veces queríamos que fueran “Si”. De decepciones y alegrías, de lágrimas escondidas en sonrisas para la gente pero desnudas a los ojos de nosotros. En la nada entendimos que nunca habíamos tenido lo que siempre habíamos creído y desde entonces lo empezamos a crear.

En la ”nada” logramos descifrar nuestro “todo”.