Cuando lo que buscamos es una historia de amor, debemos recordar que las películas de Disney nos cuentan en 1 hora y un poco más lo que en ocasiones podría durar años. Es por eso que lo resumen en las partes más emocionantes y esconden tras una "bruja malvada" aquellos momentos desagradables que aunque quieran que pasen desapercibidos, están ahí y le dan un poco de sentido a nuestra historia.
Vaya, que gran error, nuestras creencias sentimentales y amorosas siempre han pendido de un hilo que nos convenció que los 7 enanitos nos ayudarían a enfrentar el mal, la bella durmiente no babea ni se despeina, la sirenita entra al mar y sale en perfectas condiciones y un sinnúmero de verdades disfrazadas que podríamos contar como mentiras. Es por eso que 'La bella y la bestia' siempre fue mi favorita, entre otras cosas te muestran que el príncipe esconde un secreto no tan atractivo.
Crecimos creyendo que un día llegaría un apuesto caballero vistiendo un traje entero, quien tocaría a nuestras puertas y en medio de una prosa nos profesaría su amor, mientras nos entregaba un ramo de rosas, viéndonos con cara de enamorado o ahuevado... al fin y al cabo es casi lo mismo.
Olvidaron agregar una escena explicándonos que cada cabeza es un mundo, y por ende cada uno conlleva un cierto grado de locura que no es compatible con la de tu pareja. Se les escapó el pequeño detalle de hacer una película donde la princesa no tuviera una belleza externa estandarizada y que a su vez, a su alrededor anduvieran cientos de barbies con cuerpos esbeltos y cabellos sin frizz que distrajeran la concentración de su encantador príncipe o es que acaso sí tengo el aspecto de la hermanastra de Cenicienta, no merezco ser amada y halagada?.
Disney, olvidaste en el guión que la bruja puede pasar de ser la suegra malvada a ser el novio en un día de mal genio o la impecable princesa mandando todo al carajo por algún "problemita".
Todo este preámbulo para decirles, primero que estoy abierta a la posibilidad laboral de Disney para escribir un libreto real, con una historia en la que la hermosa dama siente la necesidad de maquillar sus ojeras de noches de desvelo o simplemente hereditarias, para aparentar una imagen intachable frente a una sociedad que se cree con el don de juicio. Donde mostremos al caballero reunido en un bar con sus amigos mientras planean bajar esos kilos de mas para encajar en el prototipo de belleza KENstipulado.
Por otro lado, he llegado a la conclusión que en una relación no debemos amar solo al príncipe encantador y romántico con la mirada deslumbrante que aparece en la primera escena. Debemos aprender a querer esa parte oculta y quizá oscura. Esa que en ocasiones no queremos revelar a los demás. O esa imagen sin editar que no subimos a nuestras redes sociales, porque claro, en ellas solo vendemos nuestra mejor cara.
Empecemos por darnos cuenta que somos sucesos reales, con heridas, lágrimas, cicatrices y piedras que aún no hemos logrado saltar. Luego de eso sera más fácil que aceptemos esa peor versión del otro que a la vez logrará sacar la mejor versión tuya.
Recuerda... un amor real no es ese que está publicado en una foto de Instagram, el amor va mucho más allá.
DEP
Cuanta verdad... me encantó!