Quién les dijo a esos animales (y por animal quiero ser despectiva y grosera , porque mi perrito tiene más corazón que esas alimañas) que una falda corta, un vestido ceñido, una calle sola, una noche de copas o una niña de tres años puede ser el blanco de una falta de control propio, de una calentura, o un grave estado mental que termina afectando más a terceros. Quién les dijo a esos que un alma inocente debe quedar en tal estado critico de salud, solo porque no se pudieron controlar.
Cómo alguien puede tomar entre sus brazos a una menor, sentir su piel suave, tersa, apreciar su angelical rostro, sus delicadas manos y seguir con sus pervertidos, asquerosos y retorcidos pensamientos. Cómo ver sus gestos de temor y desconcierto al darse cuenta que alguien desconocido poco a poco la aleja de su zona de comfort y luego de eso procede a tocar sus partes, a violar su espacio. Cómo puede alguien acceder carnal y violentamente a una niña que tan solo piensa en que comerá, donde jugará o donde estará mamá y papá en este momento.
Tengo tantas preguntas y pocas respuestas y es que no logro concebir cómo, por qué y/o para qué. No entiendo cómo ver su cuerpo desvanecerse lentamente y seguir maltratándole.
Cómo escuchar llanto en vez de gemidos y seguir disfrutando.
Cómo sentir sollozo en vez de placer y seguir disfrutando.
Cómo ver dolor en vez de disfrute y seguir disfrutando.
Cómo ver el cuerpo, aún sin formar, de una niña en vez de las curvas de una mujer y seguir disfrutando.
No encuentro una respuesta, porque es absurdo. Es absurdo pensar que la violación cada vez tenga mayor presencia en el campo de las noticias. Es inadmisible que en el año 2017 se registraron cerca de 11.290 casos de abuso sexual a menores de edad, lo que quiere decir, 30 niños por día, durante un año. Es insensato creer que la figura de la mujer y los infantes es a diario vista como objeto sexual o una respuesta de satisfacción para unos cuantos depravados, que sin ánimo de ser violento, lo único que merecen es la muerte. Y no cualquier muerte, una donde sientan, donde sufran, y donde recuerden siempre que lo que hicieron no tiene nombre. No tiene perdón, porque "las niñas no se tocan, no se violan y no se matan".
DEP.
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