Quiero empezar diciendo que obviamente este blog no es para obligarte a votar por alguien, todo lo contrario. Me parece portentoso ver la gran intolerancia que se percibe en estos días en el país. Queremos que gane un buen candidato o mejor dicho "Queremos a nuestro candidato", y creemos tener la verdad absoluta. Primer error de muchos.
Esto no es solo el primer error, si no que es el más grande. Porque si bien todos estamos a la expectativa y un poco ansiosos de saber que muchas problemáticas actuales estarán en manos de una persona. Debemos tener claro que todos, incluso el candidato de nuestra preferencia va a tener falencias. Va a cometer errores. Nos defraudará y te prometo que será igual de corrupto que todos los que han pasado por ese cargo y similares. Déjame explicarte por que.
Sigmund Freud, aseguraba que "los instintos primarios de preservación del hombre, tales como el instinto territorial, de posesión y el instinto de agresión, son propios de su naturaleza", concepto con el que estoy de acuerdo. Sin embargo, difiero en algo. No somos solamente malos.
"La civilización convirtió al hombre en un persona agresiva y competitiva", J. Rousseau
Porque como manifestó el filósofo Jean Jacques Rousseau "el hombre por naturaleza era humilde y bueno" pero a eso agregó, que "la civilización lo convirtió en agresivo, competitivo". Esto quiere decir que “la civilización corrompe”.
En pocas palabras el ser humano es ambicioso, egoista y territorial y la civilización y el poder reafirman esta tendencia.
Después de lo anterior debe quedarnos claro, que al momento de subir al poder. El mejor candidato, ese por el que votaste en secreto, tendrá intereses propios. Algo que quiero recalcar es que todos ellos, son personas altamente capacitadas. Que conocen el pensamiento humanos y durante años de preparación lo han estudiado. Esos candidatos saben exactamente lo que cada uno de nosotros quiere escuchar, y para eso trabajan. Para que cada vez que den sus discursos en público, los ovacionen, los exalten y les suban el ego con cada aplauso. Trabajan para lograr que estemos de su lado. Unos mas reales que otros, otros más dramáticos, pero todos tienen la misma finalidad.
Terminado el preámbulo previamente dicho, vuelvo a lo que realmente les quería decir. Tenemos que dejar el fanatismo y la intolerancia de un lado. Aunque sé que sonará cliché, lo diré. Para cambiar un país debemos cambiar nosotros primero.
Una cosa es no compartir un pensamiento, no compartir afinidad con un mismo líder, pero otra cosa totalmente diferente es señalar, juzgar, y asumir que somos las personas más capacitadas y perspicaces con la potestad de tener la verdad absoluta en nuestras bocas.
Escribir en redes sociales frases des-meritando el nivel de inteligencia de una persona solo porque apoya a un candidato diferente, demuestra solo la falta de madurez. Y sin madurez, créanme que no tendremos nunca un mejor país.
No entiendo cual es afán de querer cambiar las decisiones de las personas. Seamos y dejemos ser. Votemos y dejemos votar.
Pongámonos la tarea de aquí al 17 de junio a ser nuestra mejor versión. La meta de no juzgar, de ser una persona verdaderamente inteligente y capaz de asumir que no todos piensan igual que yo. La meta de aceptar que ganará uno de los dos candidatos, y no necesariamente tiene que ser por trampa, o por fraude. Simplemente porque ese era el que debía quedar.
Cuando sientas la necesidad de refutar algo que dijo X persona, recuerda que tu y el tienen algo en común, son colombianos, hijos de la misma patria, entonces el deber ser es trabajar en convergencia y no dejar que propuestas presidenciales te dañen.
Acuérdate, ni tu, ni yo tenemos la verdad absoluta pero si tenemos la posibilidad de ser tolerantes mutuamente. No dejemos que la civilización nos convierta en eso que dice Rousseau.
DEP
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